El consultor político advirtió sobre el creciente malestar ciudadano en Tierra del Fuego frente a iniciativas oficiales que la mayoría percibe como intentos de perpetuación en el poder y un manejo fiscal sin control.
El politólogo y consultor Luis Castelli analizó la situación política y económica de Tierra del Fuego en una entrevista radial, en la que sostuvo que el gobierno provincial “no ha tomado nota de los nuevos aires que soplan en la sociedad” y que “insiste con proyectos, como la reforma de la Constitución, que tienen un rechazo clarísimo de la población”.
Según Castelli, las encuestas que su consultora Vox Populi viene realizando desde el año pasado muestran una oposición muy fuerte a la iniciativa oficial, tanto por su oportunidad como por sus motivos de fondo.
“La gente no encuentra ninguna razón válida para avanzar con una reforma y desconfía de que su único objetivo sea perpetuar al gobernador en el poder”, afirmó.
El consultor también hizo foco en la situación presupuestaria y el crecimiento del empleo público, un tema que, según sus informes, se ha desbordado en los últimos años.
“Solo en el último año ingresaron casi 500 personas al Estado, y al mismo tiempo se presenta un presupuesto con un déficit de 50 mil millones de pesos. Si uno hace cuentas simples, el 20% de ese déficit corresponde al aumento de la planta de personal”, detalló.
Para Castelli, esto configura un escenario “desequilibrado y desprolijo”, donde las prioridades del gobierno provincial “no parecen alineadas con las preocupaciones cotidianas de la gente”.
“Si no podés resolver los problemas de todos los días —educación, salud, servicios públicos—, es lógico que la población no vea sentido en discutir reformas institucionales”, agregó.
En ese sentido, el politólogo volvió a advertir sobre la “tragedia educativa” que atraviesa Tierra del Fuego. “El propio ministro dice que estamos bárbaros, pero la realidad muestra lo contrario. La cantidad de días de clase es bajísima y eso impacta directamente en los chicos y sus familias”, señaló.


