La industria textil de Tierra del Fuego atraviesa una crisis profunda, marcada por el cierre constante de empresas y una drástica reducción del empleo. El sector, que llegó a ocupar a 1.200 personas, hoy apenas sostiene menos de 300 puestos.
Así lo advirtió el gremialista Rodrigo Cárcamo en declaraciones a FM Master’s, donde describió un panorama de desmantelamiento sin precedentes. El caso más reciente fue Blanco Nieve, cuyo cierre dejó a 35 familias sin trabajo. “La empresa ya venía con problemas de larga data; los propios empleados debían vender productos al público para poder cobrar sus sueldos”, recordó.
Pese a las gestiones ante el Ministerio de Trabajo, las promesas empresariales no se cumplieron. “Esto no ocurrió en agosto, no ocurrió en septiembre y ya estamos en noviembre y tampoco ocurrió”, lamentó. Finalmente, los trabajadores se encontraron con un candado en la puerta y telegramas de despido por fuerza mayor.
Según Cárcamo, este episodio no es aislado sino parte de una tendencia creciente. “En pocas semanas estamos casi cerca de las 100 personas despedidas, porque el 30 de noviembre también cerraría Cordonsed”, anticipó.
El dirigente gremial atribuyó la crisis a políticas nacionales que, a su entender, desatienden al sector productivo. “Este modelo de gobierno no tiene intenciones de sostener la industria, no solo la textil”, aseguró. Como ejemplo mencionó al grupo inversor italiano propietario de Cordonsed, que decidió retirar todos sus activos del país. “Eso muestra que algo no está mejorando”, advirtió.
Cárcamo destacó que la situación local refleja un problema estructural de alcance nacional. “Los datos dicen que se cierran 26 pymes por día en el país, un número alarmante”, señaló.
El impacto en el empleo provincial es devastador. “Estamos cerca de los 300 trabajadores activos, pero algunas empresas también están cayendo en contratos, así que el número puede ser menor”, precisó.
La pérdida de empleo genera un efecto en cadena sobre proveedores, transporte y servicios, profundizando la recesión. Consultado sobre una posible recuperación, fue categórico: “No, yo no lo veo”.
Finalmente, apuntó a la caída del consumo y la competencia desleal como factores determinantes. “Inundan el mercado con precios bajos para romper la cadena de la industria nacional”, explicó.
La conclusión del dirigente sindical es clara: el futuro del sector textil, que alguna vez fue motor del empleo en Tierra del Fuego, se vislumbra incierto y sin señales de reactivación.


