El legislador Federico Sciurano recorre Tierra del Fuego en una ultramaratón para financiar la construcción de una nueva sede del CAAD, visibilizando la crítica necesidad de espacio de la institución.
En el marco de una ultramaratón solidaria que recorre la geografía fueguina, el legislador Federico Sciurano convirtió cada kilómetro en un mensaje de concientización y solidaridad.
Su hazaña física, que ya muestra un éxito económico extraordinario, tiene un único y claro objetivo: dirigir todas las miradas hacia el Centro de Actividades Alternativas para Personas con Discapacidad (CAAD) de Ushuaia y su urgente campaña para construir una nueva sede.
Desde la ruta y tras pasar por Tolhuin, por FM Master’s el corredor explicó que la intención de realizar acciones fuera de lo habitual reside en comprender dónde debe estar el verdadero foco. «La intención de hacer estas cosas que son fuera de lo habitual tiene que ver para darnos cuenta que el protagonismo está en el CAAD. Todo esto está hecho solo y exclusivamente para llamar la atención, para que nos demos cuenta que hay gente que necesita que le demos una mano», afirmó Sciurano.
Con la convicción de que muchas personas desean colaborar pero no siempre encuentran el canal, el legislador concibió esta prueba de resistencia como un vehículo de confianza y sensibilización. «La única razón por la cual hago esto es para que la gente del CAAD se suba al escenario, que veamos a la gente del CAAD, que hablemos del CAAD durante un tiempo importante, que todos los que quieran dar una mano lo puedan hacer», detalló.
El mensaje busca transparentar el destino de los fondos, asegurando que «la plata llega donde tiene que llegar, detrás de esto no hay ninguna cosa rara».
La crítica situación edilicia actual de la institución motiva cada zancada. Sciurano describió que el CAAD funciona en un jardín maternal de la década del 80, un espacio que, pese al amor y compromiso de sus docentes, resulta insuficiente. «Hoy hay una lista de espera de más de 30 personas porque no hay lugar para recibirlos», reveló, subrayando la necesidad imperiosa de un edificio nuevo.
A pesar de admitir sus propios temores iniciales sobre la respuesta de la comunidad, el apoyo recibido lo llena de optimismo. Recordó una conversación con un amigo donde expresó su preocupación: «Le dije, ‘la verdad que tengo miedo que hagamos un papelón’, de salir a correr nosotros solos».
Sin embargo, la solidaridad fueguina desbordó sus expectativas. «La gente es solidaria, la gente cuando vea que esto es serio, la gente va a ayudar», le aseguraron, una predicción que se ha cumplido con creces.
Aunque reconoce los momentos de sufrimiento físico, su satisfacción es inmensa. «Estoy contento porque sé que la ultramaratón ya es un éxito, lo deportivo es una anécdota nada más», concluyó Federico Sciurano, anticipando la felicidad que embargará a todos el día 18, cuando se concrete la llegada a Ushuaia y se revele el monto total recaudado para convertir en realidad la nueva sede.