Pedro Fernández, cofundador del Museo Raíces Fueguinas, revela la historia detrás de un emprendimiento que combina patrimonio y gastronomía, fruto de una pasión coleccionista que comenzó en su infancia y que hoy es un pilar cultural en Tolhuin.
El Museo Raíces Fueguinas, que próximamente celebrará su tercer aniversario, nace de una pasión de toda una vida. Su creador, Pedro Fernández, explica en FM Master’s los orígenes de la colección que da vida al espacio: “Raíces Fueguinas nace en Tierra del Fuego hace unos años, pero la colección inicia en Tandil, provincia de Buenos Aires, hace más de 39 años, cuando yo era un niño de 6 años”.
Aquella vocación inicial fue el germen de un proyecto monumental. “Yo empecé a coleccionar muchas antigüedades en ese momento, y bueno, me han acompañado todas estas piezas toda la vida, me siguen acompañando y se van incrementando, así que es una colección de toda una vida”, relata.
La decisión de establecer el museo en Tolhuin, junto a su esposa Paola, fue un sueño que tardó años en materializarse debido a los desafíos logísticos y económicos. “Decidimos hacerlo con mi esposa en Tolhuin hace más o menos 14, 15 años. Por una cuestión económica no íbamos pudiendo, no teníamos el espacio”, recuerda Fernández.
El proyecto evolucionó para incluir una propuesta gastronómica, un componente no planeado inicialmente pero crucial para su sostenibilidad. “Nunca habíamos pensado en armar un restaurante, sino solamente un museo. Dudamos de hacerlo por una cuestión, decir, che, lo vamos a poder bancar económicamente”.
Finalmente, se decidieron por un restaurante, y “con la experiencia que teníamos, que era casi nada de la teoría, arrancamos y ahora de poquito nos vamos afianzando como un punto gastronómico, aparte de un hermoso museo patagónico”.
El traslado de la colección desde la provincia de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego representó una epopeya familiar. “Eso se lo debo mucho a mis viejos que me han ayudado, pobres, terriblemente, mandar… habíamos hecho un convenio con el Correo Argentino en ese momento, me acuerdo tres cajas de bananas apiladas con cosas”, evoca.
Este esfuerzo titánico involucró a toda su familia, incluyendo a sus hijos pequeños. “Los hemos hecho limpiar juguetes viejos, los hemos hecho restaurar… nos hemos divertido mucho en familia, pero ha sido un sacrificio muy grande que hemos realizado también”.
Hoy, el museo alberga alrededor de 16.000 piezas, una cifra que sigue en crecimiento. “Vamos incorporando colecciones y se sigue todos los días haciendo un trabajo de conservación y de resguardo”.
Para Pedro Fernández, el museo es un legado para la comunidad que lo acogió. “Vinimos con una empresa a hacer el último tramo de planeamiento de la Ruta 3, nos arraigamos acá, conocí a mi esposa, nos casamos, tuvimos a nuestros hijos acá”. Esa profunda conexión con Tolhuin los llevó a querer devolverle algo invaluable. “Quisimos dejarle a Tolhuin este museo que me parece que es una joya para la Patagonia argentina y para la provincia”.
Con un espíritu puramente vocacional y familiar, Raíces Fueguinas se erige como un testimonio tangible de la historia y un regalo para las futuras generaciones fueguinas.