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Río Grande
24 de septiembre de 2025

Arakur impulsa el primer viñedo fueguino a orillas del Beagle

El empresario turístico Esteban Abolsky confirmó el proyecto pionero de cultivo de vid en Ushuaia, que busca probar la adaptación de las plantas al clima local y su potencial para producir vino.

Esteban Abolsky, director del grupo Arakur, confirmó en FM Master’s el desarrollo de un viñedo experimental en un predio del hotel Tolkeyén, ubicado entre la cordillera de los Andes y el canal Beagle.

El proyecto, que comenzó hace cuatro años, representa un esfuerzo pionero en la provincia de Tierra del Fuego. «Nos bautizaron como el primer viñedo de la provincia, lo cual podría ser cierto», señaló Abolsky en referencia a la difusión pública del emprendimiento.

Aclaró que la iniciativa nació como el proyecto de graduación de su hijo, Héctor, para recibirse de ingeniero industrial: «Este es el proyecto con el cual se recibió de ingeniero industrial, que es un proyecto de viñedos y bodega en Ushuaia. Así que estamos simplemente llevando adelante este proyecto que inició como una idea».

El carácter experimental reside en la incógnita sobre la capacidad de las vides para desarrollarse a la intemperie en las condiciones climáticas de Ushuaia. «El desafío es ver si podemos lograrlo a la intemperie. Y en ese caso, las plantas, primero, hay varios desafíos, pero primero que la planta pueda desarrollarse y sobrevivir al clima», explicó.

El principal interrogante es la acumulación de energía solar necesaria para la producción de uvas con aptitud vinífera. «Tal vez, el desafío más importante es saber si hay suficiente energía solar y suficiente calor durante el verano para que las plantas puedan tener frutos con suficiente cantidad de azúcar para poder fermentar y generar vino. Eso no lo sabemos y van a pasar varios años hasta que terminemos de aprender».

Actualmente, el trabajo es guiado por el ingeniero agrónomo Darío González Maldonado, junto a un equipo local. Abolsky detalló que se están probando distintas técnicas y variedades de ciclo corto, más aptas para latitudes altas. «Hemos probado una sola variedad de lo que serían uvas negras. Pero en general son blancas, que son cepas de ciclo más corto».

El empresario fue enfático en señalar que se trata de un proceso lento, donde la paciencia es clave. «Este proceso es muy lento. No podemos sacar conclusiones, tenemos que esperar año tras año a evaluar los resultados. Así que es un experimento de largo plazo».

Aunque las primeras plantas en Arakur han sobrevivido dos inviernos, aún no han fructificado, una etapa que se espera con expectativa para determinar el futuro de este audaz proyecto vitivinícola en el fin del mundo.

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