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Río Grande
22 de septiembre de 2025

Buena demanda mundial, pero alertas por financiamiento

El sector exportador de carne enfrenta un panorama dual: precios internacionales récord y fuerte demanda chocan con el crédito prohibitivo y costos internos en alza, comprometiendo la capacidad productiva futura.

El sector ganadero argentino navega un presente de contrastes. Mientras la demanda global de carne vacuna y los precios internacionales exhiben un dinamismo formidable, la interna plantea desafíos que encienden alarmas sobre el abastecimiento futuro. La suba del dólar y el disparado costo del crédito comienzan a socavar la rentabilidad y la capacidad de inversión de los productores, cruciales para mantener el flujo exportador.

Víctor Tonelli, consultor del sector, destaca un «resurgir de la demanda global no satisfecha», impulsada principalmente por Asia, Medio Oriente y el norte de África. Este apetito internacional se traduce en números concretos: entre enero y julio, las exportaciones sumaron 1.825 millones de dólares, un aumento interanual del 18,6%, a pesar de enviarse menos volumen.

La clave reside en la diversificación de mercados y la venta de cortes de mayor valor a destinos como la Unión Europea, Estados Unidos e Israel, donde los precios por tonelada se dispararon hasta un 34,7%.

Sin embargo, este escenario positivo topa con un obstáculo interno formidable: la falta de crédito accesible. Con las tasas de interés en niveles exorbitantes, se vuelve inviable financiar la «inmovilización de capital de trabajo» que requiere la cría a pasto, necesaria para lograr los animales pesados que exige la exportación.

Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, coincide: para la terminación del ganado se requieren herramientas financieras que hoy escasean. El resultado es una faena de hembras que ya supera el punto de equilibrio (47,2% vs. 43%), amenazando la recomposición del rodeo para 2026.

A esto se suma una crisis de rentabilidad en los feedlots. Storni detalla que hoy se pierde aproximadamente $25.000 por animal, comprado caro y vendido luego a un precio que no cubre los costos, exacerbados por las altas tasas.

La solución de ganar más kilos por cabeza choca contra el financiamiento impagable. Así, la paradoja es evidente: el mundo paga bien y quiere más carne argentina, pero el costo del dinero y la producción local podrían impedirle al país responder a esa oportunidad.

(Fuente: Forbes)

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