4.1 C
Río Grande
8 de septiembre de 2025

Chocolate de clase mundial desde Río Grande

Carlos Gitling combina su expertise industrial con un meticuloso proceso «Bean to Bar» para crear Chinoa, un producto puro y sin aditivos que exporta a destinos como Hong Kong y Australia, promoviendo una nueva cultura del chocolate.

Desde su planta en Río Grande, Tierra del Fuego, el ingeniero rosarino Carlos Gitling ha logrado posicionar a Chinoa Chocolates en el exigente mercado de los chocolates finos, con un proceso que va “del grano a la barra” y que prioriza la pureza y la trazabilidad del producto. Su emprendimiento, que comenzó como un hobby en 2019, es hoy una prueba de que es posible producir y exportar calidad mundial desde el sur argentino.

El punto de partida de Chinoa es una elección consciente y minuciosa, según relata en FM Master’s: “Descubrí esta forma de fabricar chocolate que se llama Bean to Bar, me captó toda la ingeniería que había detrás de ese proceso”, explica Gitling.

Pero más allá de la técnica, fue el componente social lo que lo terminó de convencer: “Detrás del negocio del cacao y el chocolate industrial, hay muchísimas desigualdades, trabajo esclavo, trabajo infantil, y esta metodología, aparte de ser totalmente disruptiva, tenía ese contenido social interesante”.

La selección del grano es el primer eslabón de una cadena de valor transparente. “Después de probar varios granos finos de aroma, descubrimos que el de Hacienda Victoria, que es una finca que está en Guayaquil, en Ecuador, era el que más se acomodaba al público de Argentina” cuenta.

Gitling detalla el riguroso proceso: “El primer proceso es romper la mazorca, y todo lo que es el grano con su mucílago lo van poniendo en cajas de madera. Ahí aparece el primer proceso que es el de fermentación. Ahí está unos 4 o 5 días (…) después se pone a secar al sol”. Esas bolsas de arpillera de 69 kilos viajan directamente hasta su planta en Río Grande.

Una vez allí, el proceso es puramente artesanal y mecánico, sin aditivos químicos: “Nosotros no tenemos ni siquiera emulsionante para evitar ponerle cualquier tipo de aditivo, preferimos tenerlo dos días pisándolo a ese cacao y homogeneizar por proceso y no en forma química”. El resultado es un chocolate donde “todos los aromas y sabores que uno encuentra son los que la tierra le dio a ese grano de cacao. Ni siquiera agregamos vainilla, ni ningún tipo de saborizante”.

Con una producción mensual de unos 100 kilos, Chinoa ha traspasado las fronteras fueguinas y argentinas. “Nos contactaron por Instagram. Este tipo de productos es muy preciado en el mundo. El último lugar donde enviamos una cantidad importante fue Australia”.

Para Carlos Gitling, cada tableta es también una ventana a su provincia: el packaging, distinguido con un sello al buen diseño argentino, muestra paisajes fueguinos e incluye un QR para vivir la experiencia de manera virtual. Su visión es la de generar cultura del chocolate como alimento en Argentina, desde el confín del mundo.

Compartir

También podés leer

Fuerza Patria promete ser el freno a las políticas de ajuste de Milei

Cristina López, Federico Runín, Agustín Tita y Paola Mancilla...

Se celebró la graduación de los primeros estudiantes del Centro Universitario Municipal

En un hecho histórico para Tolhuin, se realizó el...

Impacto local sobre pensiones tras la polémica nacional

El titular de ANSES en Ushuaia se refirió a...

Calandín: «los vuelos desde Tierra del Fuego marcan un punto de inflexión en la logística antártica argentina”

El general Calandín, ex comandante del COCOANTAR, analiza la...