Familias de Río Grande reclaman al Ministerio de Educación de Tierra del Fuego por la pérdida masiva de días de clase. Aseguran que los alumnos están solos y sin contenidos, aunque apoyan la lucha salarial docente.
En las últimas semanas, un grupo de padres y madres de estudiantes de Río Grande elevó un reclamo formal ante las autoridades educativas provinciales, exigiendo que se garantice el derecho a la educación de sus hijos, afectado por las reiteradas medidas de fuerza y desobligaciones del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF).
La voz de Yohana, madre de una alumna de sexto grado, sintetiza el malestar de las familias: «Los chicos están completamente solos. Hace tres meses que no tienen clases regulares, y nadie asume la responsabilidad».
El conflicto, que se arrastra desde el inicio del ciclo lectivo, ha dejado a cientos de alumnos sin la continuidad pedagógica necesaria, especialmente crítica en el último año de primaria. «Estamos preparándolos para la secundaria, pero no hay maestros, no hay tareas, no hay contenidos», explicó Yohana.
Los padres insisten en que no se oponen a las demandas salariales docentes -«tienen derecho a un sueldo digno», aclararon-, pero cuestionan la falta de alternativas del Ministerio de Educación para mitigar el impacto en las aulas. «Si no hay titular, que envíen un suplente, que pongan un video, actividades prácticas… algo», reclamó.
La situación llegó a un punto crítico cuando un grupo de padres decidió dejar a sus hijos en la escuela fuera del horario habitual, como forma de protesta. «Fue espontáneo: no aguantamos más verlos perder días enteros sin aprender», relató Yohana. La medida generó reacciones encontradas, incluso dentro de la comunidad educativa, pero logró visibilizar el vacío institucional. «Molestó a todos: al Ministerio, al gremio, a los docentes. Pero nuestro mensaje es claro: sin maestros en las aulas, no hay educación», sostuvo.
Según los padres, las respuestas oficiales han sido insuficientes. Denuncian que las supervisiones escolares son esporádicas y que no hay planes de contingencia para cubrir las ausencias. «El Ministerio debe actuar. Si un docente hace paro, otro tiene que reemplazarlo. No puede ser que los chicos paguen el precio de esta desorganización», argumentó Yohana. Además, destacaron la ironía de que, mientras el conflicto se eterniza, los alumnos pierden contenidos básicos: «Ni siquiera saben quiénes fueron San Martín o Belgrano. ¿Cómo llegan así a la secundaria?».
El reclamo ha trascendido lo individual y se ha convertido en un llamado colectivo. «Invitamos a más padres a sumarse. Esto no es contra los docentes, es por nuestros hijos», enfatizó Yohana. Mientras tanto, muchas familias han optado por medidas propias, como contratar profesores particulares o cambiar a sus hijos a institutos privados. «Es el último año, y no queremos que lo pierdan. Pero también merecen despedirse de sus compañeros», lamentó.
El Ministerio de Educación fueguino no emitió un comunicado oficial ante el reclamo. Mientras tanto, el SUTEF, liderado por Horacio Catena, mantiene su postura de no ceder en las negociaciones salariales. Para los padres, el tiempo apremia: «Cada día sin clases es un derecho menos. Nuestros hijos no tienen gremio, pero nos tienen a nosotros».