El economista de ECOTONO detalló los riesgos de no acumular
reservas, el efecto dominó de la deuda en el crédito local y la
frágil situación fiscal provincial en su columna semanal por FM
Master’s.
En un contexto de creciente incertidumbre financiera, Federico Rayes,
economista y titular de la consultora de ECOTONO, abordó en su
columna en FM Master’s los principales desafíos macroeconómicos que
enfrenta el país, con especial énfasis en la acumulación de reservas, el
pago de la deuda externa y sus repercusiones en la economía real.
«Lo que estamos viendo es que siguen las discusiones en torno al plano
de reservas internacionales. Hay presión en el corto plazo para que el
Gobierno, no solo el Banco Central, comience a generar alguna
acumulación», señaló Rayes. Aunque destacó que 2025 es un año
«relativamente despejado» en términos de servicios de deuda con el FMI
y otros acreedores de deuda soberana, advirtió que cualquier
incumplimiento generaría desconfianza y un aumento del riesgo país,
encareciendo, en consecuencia, el crédito para empresas y familias.
«Cualquier empresa que quiera obtener financiamiento lo hará a un
costo más alto, y eso termina afectando el consumo y las inversiones
familiares, como la compra de viviendas o vehículos». En ese sentido,
destacó que el gran desafío de Argentina en este frente es poder volver
a salir a los mercados financieros para renovar sus vencimientos de
deuda externa al menor costo posible.
Respecto al tipo de cambio, Rayes explicó que el Gobierno espera que la
liquidación agropecuaria alivie la presión sobre el dólar durante mayo y
junio. «El agro está liquidando unos 130 o 140 millones diarios, pero el
mercado de cambios mueve en promedio entre 600 y 800 millones.
Falta que esa liquidación sea más contundente para que el dólar baje a
la banda de $1000 y el Central pueda comprar, conforme la estrategia
anunciada». Sin embargo, planteó dudas: «Si eso no pasa, ¿va a salir a
comprar dentro de las bandas? El Ejecutivo Nacional tiene que pagar
vencimientos de deuda soberana en julio y el BCRA cumplir con las
metas de acumulación acordadas con el FMI».
En el plano provincial, Rayes detalló la delicada situación fiscal. «En
marzo, la coparticipación y otros recursos nacionales automáticos a
Tierra del Fuego cayeron a $46.000 millones, insuficiente para cubrir los
salarios del Poder Ejecutivo. En abril se recuperó a $50.000 millones,
pero sigue siendo ajustado». Subrayó que la provincia depende cada vez
más de los recursos nacionales, mientras su recaudación propia
percibida por la AREF -como ingresos brutos, regalías y otros- también
se resiente. «Si no ingresan más fondos de origen nacional, la discusión
pasa por recaudar más o ajustar el gasto, como haría cualquier familia».
Sobre las letras provinciales recientemente anunciadas, Rayes las
consideró un instrumento válido para cubrir descalces temporales, pero
alertó: «El problema es cuando se usan para tapar crisis estructurales.
Si la actividad económica no repunta, y con ella la recaudación, peligra
la capacidad de repago». Su pronóstico, no obstante, fue optimista: «Si
crecemos como proyecta el FMI (5,5% en 2025), mejorará la
recaudación y se aliviará la presión fiscal».
La columna cerró con una reflexión sobre la necesidad de eficientizar el
Estado y evitar aumentos impositivos en un escenario ya complejo para
los comercios. «No está para andar subiendo impuestos; la discusión
debe centrarse en cómo gastar mejor», concluyó Federico Rayes,
dejando en claro que los próximos meses serán clave para definir el
rumbo económico tanto nacional como provincial.