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29 de marzo de 2024

Leda Soto: Una voz que trasciende los espacios

(Por Carolina Barrientos). Nuestra Radio Nacional ha sido recorrida por muchas personas, algunas de ellas emblemáticas para nuestra cultura e identidad local. La fachada del edificio nos remonta a las voces que alguna vez fueron parte de este lugar pero que por voluntad propia o razones de fuerza mayor debieron partir. Este no es el caso de ella, la voz femenina de la Radio. Leda Soto. Nacida en Tierra del Fuego, sus primeros años de vida y su adolescencia estuvieron marcados por la Guerra de Malvinas y el contexto de dictadura que por esos años regía nuestro país. “Tuve una formación basada en recibir órdenes y acatarlas. Con la recuperación de la democracia descubrí tantas cosas que se podían decir, que se podían hacer”.

Su paso por la radio

“Tenía 19 años cuando ingresé a la Radio, allá por 1980. Me había ido a estudiar Ingeniería Electromecánica a Comodoro Rivadavia, porque así me había dado el test vocacional, pero como no me daba económicamente para solventar mis gastos volví. Mingo Gutiérrez me propuso hacer algo, un programa infantil. Acepté. Iba a juntar algo de plata y me iba a volver pero acá estoy” rememora Leda. Radio Nacional es más que el primer y único empleo de su vida: “aquí descubrí con los años mi vocación por la locución”.

Leda recuerda que desde el medio “te tiraban una línea de a quién se podía hacer notas y eso no se cuestionaba porque la actividad política era escasa en la ciudad. Era normal en el contexto que se vivía”, en alusión a la última dictadura militar en nuestro país. “Uno tenía que elaborar la información y buscar la noticia. Antes no te podías reír al aire, no se decían insultos. Era otra época, todo con respeto. Se trabajaba más, con pocos elementos y mucha imaginación. Ahora se quejan porque se cae internet. Con el tiempo nos tuvimos que aggiornar” afirma comparando la labor periodística de ese entonces con la actualidad

La voz femenina de Radio Nacional estará cumpliendo el próximo mes de diciembre 39 años de labor en dicho medio. ”Siempre vine a trabajar feliz, todavía lo hago. La radio me contuvo y me dio mucho” nos dice. Y recuerda que también ha sido uno de los lugares donde recibió uno de los grandes golpes de su vida “en medio de un cambio de gobierno despidieron a 11 compañeros. Sentí que me los arrebataron. Toda la vida me pregunté por qué ellos, y yo no. Esa duda aún la tengo en mi corazón. Hoy, muchos de ellos ya fallecieron”.

Su paso por la música

Leda no se limita a un estudio radial. Debutó como solista a los 9 años, en canal 13 de Río Grande, en ese entonces el entrañable “Canal del Onita”. “Mi hermana estaba muy enferma, entonces yo para darle ánimos le cantaba. Hacía de las mías en los actos, con el tiempo fui participando en festivales. Cantaba música del litoral, luego descubrí la música patagónica”. Recuerda con nostalgia que “junto a Patricia Wilson, Javier Muchnick, Rubén Baliño y Raúl Pérez formamos Don Bosco 5. Tuvimos muchísimos éxitos. Compartíamos los escenarios con Walter Buscemi y el Mochi Leite, pero ellos eran más renegados, los mirábamos con respeto”. Y agrega “en los actos frente a los comandantes cantábamos Rasguña las piedras, Canción para mi muerte, el Arriero de Atahualpa Yupanqui, temas de María Elena Walsh, de cantantes chilenos. Nuestro repertorio era jugadísimo, pero no nos dábamos cuenta. Casi sin querer militábamos. Con el tiempo, cuando volvió la democracia, miré para atrás y pensé ¡wow! Podríamos haber sido desaparecidos, eran canciones con letras jodidas para esa época. Lo confirmé cuando al ingresar a Radio Nacional vi que los temas que cantábamos con Don Bosco 5 estaban todos rayados”.

Leda cuenta “siempre fui y vine en la música. Cuando empiezo a investigar sobre la vida de los pueblos originarios de nuestra provincia, motivada por Esteban Belsan, Susana Cobos y Diana Cotorruelo, siento indignación total por  todo lo que sucedió  y por dentro algo se mueve en mí. Siento que hay que contarlo. Empecé a cantar como solista canciones patagónicas que eran muy aburridas para la gente, estaban acostumbrados a la chacarera y la cueca pero yo seguía insistiendo” y destaca que “Buscemi, Leite y Baliño estaban en la misma, todos movilizados pero cada uno por su lado”.

La voz femenina de Radio Nacional trascendió los escenarios locales y llegó a participar como parte de la delegación fueguina en numerosos recitales de Precosquín. “Todo se complementaba: cumplía con lo mío en materia musical, hacia notas y traía de cada viaje mucho material para la radio. Fue una fusión maravillosa”.

Sin embargo, su paso por la música no fue lineal.  “Cada embarazo significó un impasse. Y en el último tiempo, sobretodo, me golpeó mucho la seguidilla de muertes de amigos y personas muy queridas para mí. Hugo Giménez Agüero, Rubén Baliño, mi hermana, mis intimas amigas, mi hermano, el Mochi Leite. No me dieron tiempo de elaborar los duelos. Fue tremendo, se escapó mi corazón, siento un hueco en el alma” nos dice  Leda con congoja, al recordar. “Me escondí y ahora estoy saliendo. En invierno volví a la música. Todas las presentaciones que me ofrecen las acepto. La música y la radio son mis cables a tierra”.

Volvió a nacer

El año 87 marcó un antes y un después en la vida de Leda. Recuerda que “estaba tan compenetrada con la radio que no me daba cuenta de lo mal que estaba. Los momentos que se vivían eran tensos. Estaba tan involucrada y preocupada que me olvidé de comer. Era mate y cigarro, 4 atados por día. “Me internan con 35 kilos. Tenía anorexia nerviosa y para rematarla, colapsó uno de mis pulmones por derrame de pleura. Aquel 20 de abril volví a nacer. Sé que estuve en otra dimensión. Fue una experiencia linda, por eso no le tengo miedo a morir. Fue muy agradable porque no había dolor. No vi el túnel ni la luz. Era oscuridad. Mi cuerpo se diseminaba y de la nada era un todo”.

De esta experiencia rescata “todos los golpes de la vida me han llevado a ser considerada, a ayudar y entender que lo más importante es colaborar, especialmente con los jóvenes. Así como alguna vez fueron generosos conmigo como Mingo Gutiérrez, Felipa Coronel, entre otros”.

Sobre la militancia

“Todos somos militantes de algo. El hecho de pensarlo, de defenderlo, de escribir, de cantarlo, de discutirlo, es militancia. Todos defendemos ciertos ideales” sostiene Leda y señala “estuve afiliada a un partido político pero ya no. La defensa de los ideales se ha perdido, se ha diluido con las alianzas. A mí lo único que me interesa es el pueblo, que no lo pase mal. Mi mayor militancia es con los pueblos originarios, con las injusticias. Me duele el dolor ajeno. Milito a través de la música, escribiendo, cantando. Se han perdido mucho los programas locales enfocados en Tierra del Fuego. Por eso acepto todas las invitaciones, para transmitir y contar nuestra historia”.

Amiguera, charlatana, justa, empática, histórica. Así podríamos intentar definir a Leda Soto, quien a pesar de que hizo de todo en la vida, cree que viajar, pintar y grabar un disco de su autoría son algunos de sus pendientes. Lo cierto es que no cabe duda de que lo cumplirá. Porque Leda transciende y transforma a su paso.

*Nota realizada por estudiante de 3º año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.

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