Por Fabiana Morúa.
Desde 1979, todos los 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que es promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación –FAO-. Según su página oficial, el objetivo de esta fecha es la disminución del hambre en el mundo y en paralelo, está el propósito que busca la Agenda 2030 con la meta de hambre cero.
Sin embargo, detrás de lo que aparenta ser una buena iniciativa, la realidad irrumpe de manera cruel porque todos los días mueren alrededor de 24 mil personas de hambre; de las cuales 18 mil son niñas y niños entre el 1° año y los 4.
Por otro lado, la delegación húngara, encabezada por el Ministro de Agricultura y Alimentación: Paúl Romany, desarrolló un rol activo en la Sesión Número 20 de la Conferencia de la FAO, donde surgió la propuesta de celebrar el Día Mundial de la Alimentación.
A partir de ese momento se convoca a más de 150 países para que se den a conocer los problemas detrás de la pobreza y el hambre.
Objetivos de la fecha
-Estimular una mayor atención a la producción agrícola en todos los países y un mayor esfuerzo nacional, bilateral, multilateral y no gubernamental.
-Estimular la cooperación económica y técnica entre países en desarrollo.
-Promover la participación de las poblaciones rurales, especialmente de las mujeres y de los grupos menos privilegiados, en las decisiones y actividades que afectan a sus condiciones de vida.
-Aumentar la conciencia pública de la naturaleza del problema de hambre en el mundo.
-Promover la transferencia de tecnologías al mundo en desarrollo
-Fomentar cada vez más el sentido de solidaridad nacional e internacional en la lucha contra el hambre, la malnutrición, la pobreza, señalar a la atención los éxitos conseguidos en materia de desarrollo alimentario y agrícola.
Índices de pobreza y hambre
En cuanto a los índices de pobreza a nivel global, son alarmantes porque vivimos en el siglo XXI y más de 1.300 millones de personas en el mundo son pobres. Los datos que publicaron integrantes de la ONU revelan que el 46% de esas personas son pobres de manera severa; sufren carencias en la mitad de las dimensiones que cubre el índice.
Sin embargo y en paralelo, organizaciones como la ONU, entre otros organismos internacionales, son quienes brindan los informes y estudios de las trágicas cifras de pobreza, hambre y desigualdad a la que son sometidas muchas personas alrededor del planeta. Aunque no dejan de defender las virtudes que el capitalismo tiene para ofrecer.
Asimismo, los países que sostienen a dichos organismos, son los mismos países que mantienen un sistema de explotación que genera consecuencias atroces. Los países que poseen los mayores índices de pobreza y hambre, dependen económica como políticamente a ellos.
Emergencia alimentaria en Argentina
Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el 35% de la población es pobre. Se habla de 14 millones de personas, la pobreza infantil es de más del 51%. En Argentina son más las niñas y niños que pasan hambre que los que no.
El gobierno de Mauricio Macri con sus políticas de ajuste deterioró de manera rápida las condiciones de vida de la población argentina.
La Cámara de Diputados trató la Emergencia Alimentaria. La misma fue aprobada el 12 de septiembre de este año hasta el 31 de diciembre del 2022 y la giró al Senado con 222 votos y una abstención. Esta aprobación implica un aumento del 50% de los recursos destinados para este fin, se habla de un montón de 10 mil millones de pesos.
El proyecto que reúne una decena de iniciativas impulsadas por los diversos bloques de la oposición, plantea la prórroga hasta el 31 de diciembre del 2022 de la Emergencia Alimentaria Nacional, impulsar la creación del Programa de Alimento y Nutrición Nacional y establece “un incremento de emergencia, como mínimo, del 50% de las partidas presupuestarias vigentes del corriente año correspondiente a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”.
