La politóloga y periodista investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Flavia Freidenberg, se refirió a la conformación del Concejo Deliberante de Ushuaia integrado en su totalidad por hombres y sostuvo la importancia de leyes para asegurar el igual acceso de hombres y mujeres a la representación política.
Con respecto a los reclamos de los movimientos de mujeres, en distintas partes del mundo, en cuanto a la paridad de género, sostuvo “esto no es un capricho que se nos va a pasar, esto tiene que ver con el modelo de democracia que queremos, y para mucha gente hoy en la región y en Europa es imposible la democracia sin mujeres” y agregó “no es que tenemos una mala democracia, es que no tenemos democracia si el 50% de la población no tiene el 50% del poder”..
“Desde 1991 América Latina vive una transformación, que fue cuando Argentina aprueba la primera Ley de cupos, que es una medida de acción afirmativa para obligar a los partidos a poner al menos, en el caso Argentina, el 30% de las candidaturas para las mujeres porque históricamente los todos los partidos políticos latinoamericanos, no sólo los argentinos, se habían resistido a poner mujeres en las candidaturas” explicó Flavia Freidenberg en el programa radial No te entusiasmes tanto.
Y agregó “históricamente la política en América Latina ha sido una política de hombres, ha sido cosa de hombres y por eso hemos tenido que obligarlos por ley a los partidos a introducir mujeres en las candidaturas, primero en cuotas y ahora, como ya es en ocho países, como paridad”.
Al respecto de los cuestionamientos ante estos mecanismos de discriminación positiva, que sostienen que las mujeres deben llegar a ocupar bancas por mérito o capacidad y no por estos dispositivos, la politóloga explicó “yo estaba convencida de esta posición, pero todos los estudios y todas mis investigaciones muestran que por más que las mujeres se esfuercen y tengan mérito, incluso casos concretos de mujeres que tienen más mérito que los compañeros hombres que luego acceden a las candidaturas, las mujeres no acceden en igualdad de condiciones”.
Es decir “no es cierto que es una cuestión de mérito, eso es una mentira y un estereotipo, todos los estudios muestran que hemos tenido que obligarles por ley a poner mujeres porque teniendo muy buenas calidades ellos siguen sin poner a las mujeres como candidatas”.
En ese sentido, Freidenberg detalló “las medidas de acción afirmativa comenzaron en Argentina en 1991 y hasta 2018 se han hecho 37 reformas electorales en 18 países de la región introduciendo y fortaleciendo este tipo de diseños institucionales. Según sea lo que se les exige a los partidos de cómo armar las candidaturas, va a tener un impacto diferenciado sobre el nivel de representación de las mujeres”.
“Si evalúas todas las reformas que se hicieron, las 37, tienes que el nivel de representación de las mujeres en América Latina antes de usar cuotas era de 9% la media nacional de diputadas y senadoras nacionales y hoy es de 29.3% según datos de la CEPAL. O sea que en 40 años aumentamos cerca de 26 puntos porcentuales la representación política de las mujeres, si no tuviéramos cuotas o exigencia de paridad los países de América Latina según Naciones Unidas necesitarían entre 100 y 200 años para que los hombres y las mujeres sean iguales en el acceso a la representación”.
En base a eso afirmó “no es cierto que sea una cuestión de mérito, eso es un artilugio de los hombres candidatos y de los partidos políticos y sus dirigencias para no entregar el poder” y agregó con respecto a la conformación de los partidos “cuando vas a los datos y analizas 60 partidos de América Latina, sólo el 12% tiene dirigencia mujer, por eso no es una cuestión de méritos, es algo objetivo”.
En relación al modelo de democracia paritaria, la politóloga explicó “es pensado porque ya no nos alcanzan las democracias donde sólo hay elecciones, donde sólo participan hombres, donde la mitad de la población es mujer o un porcentaje es indígena o afro y están excluidos de los procesos de toma de decisiones, esas democracias no nos representan y no nos incluyen”.
