La sesión especial convocada en Diputados durante la jornada de ayer, que comenzó sin el quórum del Gobierno, que finalmente terminó absteniéndose en la votación final, terminó aprobando a mano alzada el proyecto acordado por diversas fuerzas, que condena el golpe de Estado en el país vecino.
La declaración enfatiza un «profundo repudio al golpe de Estado perpetrado del 10 de noviembre de 2019 en el Estado Plurinacional de Bolivia» y al mismo tiempo convoca «a todo el arco político de la región a exigir el cese inmediato de la persecución y violación de derechos humanos de funcionarios, dirigentes políticos, sociales, sindicales, feministas y de la población en general».
A su vez, el Senado de la Nación terminó aprobando la misma iniciativa con 29 votos positivos, 6 negativos y 6 abstenciones. Allí, la votación dejó como saldo la división de Cambiemos: mientras el radicalismo se abstuvo, el Pro terminó votando en contra.
Los diputados fueguinos Matías Rodríguez (FpV) y Héctor Stefani (PRO) participaron de la sesión, pero con posiciones antagónicas.
“Me asombra aquellos que con algún “pero” quieren justificar lo que es un golpe de estado”, dijo Rodríguez por Fm Masters. Y se refirió a las voces que cuestionaron las elecciones en Bolivia por las que se desató la crisis institucional, que derivó en que las Fuerzas Armadas le exigieran la renuncia al presidente Evo Morales.
“Sería justificar el golpe, son discusiones separadas, y no tenemos que caer en eso. Hay un golpe y la sesión es para poder repudiarlo, había canales necesarios para hacer presentaciones al respecto. Esta sesión es para poder hablar de un golpe de estado en la región y de lo grave que significa que esto vuelva a pasar en Latinoamérica”, explicó el diputado.
Y agregó: “Si no somos contundentes con esta postura puede significar una situación grave para nuestro país. Hay que repudiar el golpe de estado en Bolivia, y acompañar al presidente Evo Morales que tuvo que ser exiliado en México”.
El martes, un matutino porteño publicó las gestiones del presidente electo, Alberto Fernández, para poder sacar a Morales de Bolivia, ante los rumores de que el ejército de ese país lo estaba buscando para matarlo.
Luego, el mismo Fernández reveló que el plan para sacar a las máximas autoridades derrocadas fue diseñado el lunes a contrareloj y vía telefónica con el mexicano Andrés Manuel López Obrador. “Hubo muchas ideas y vueltas. Hubo un primer intento de ir a buscarlo al mediodía y alguien en Bolivia dio orden de que el avión no ingrese y debió volver a Lima”, comentó Fernández.
“Después sí, se dio el ingreso en horas de la noche. Lo fueron a buscar, pero el avión tenía que provisionarse de combustibles, pero Lima le pidió que no vuelva”, detalló.
El jefe de Estado electo dijo que desde el Golpe de Estado del domingo mantuvo contactos telefónicos con varios mandatarios de la región y del mundo como el francés Emmanuel Macrón y el español Pedro Sánchez y, por supuesto, con los renunciantes líderes bolivianos.
«Gracias a Dios hemos rescatado a Evo con vida, a Linera, a sus ministros y a una serie de funcionarios», celebró este martes Alberto Fernández, luego que el avión que traslada al presidente boliviano y sus máximos colaboradores despegó de Bolivia rumbo a México.
Matías Rodríguez destacó el trabajo de Fernández. “Actuó rápidamente con los llamados necesarios para ayudar ante esta situación. Argentina es reconocida en el mundo por su defensa en Derechos Humanos desde la democracia hasta la fecha. Lamentablemente Macri y Faurie nos dejan una mancha que esperamos podamos salvar rápidamente. Hoy el congreso lo está logrando de alguna manera”, opinó el diputado.
Mientras que desde el PRO, el diputado Héctor Stefani, se manifestó en consonancia con las declaraciones del Canciller Jorge Faurie, quien negó que en Bolivia haya habido un golpe de estado.
“Lo que estamos marcando es que hay una crisis institucional en Bolivia que queremos que se resuelva con paz, y en el menor tiempo posible. Lo tiene que resolver Bolivia por sus mecanismos constitucionales”, aseguró Stefani.
Y agregó que “según como se lo considere nadie puede estar en duda que hay una crisis institucional, pero los países tienen instituciones que le garantizan volver al orden. Cada pueblo lo resuelve con su organización. Estamos preocupados porque tenemos varios países complicados, como Chile, Venezuela y Nicaragua”.
Más allá de las opiniones de los bloques políticos, el pronunciamiento del Congreso Nacional contrasta con la posición política del Ejecutivo, que hasta el día de hoy se niega a llamar al golpe por su nombre. Al mismo tiempo, es una señal política hacia el exterior que condena la acción celebrada por el presidente de los EEUU, Donald Trump, por la OEA y por algunos grupos cívico militares de esta región del mundo.
