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Río Grande
19 de abril de 2024

Vanesa y Sara Tatar viajarán becadas a Montenegro para estudiar idioma

Ambas, primas, son descendientes del país balcánico y estudiarán idioma a través de una beca en la que dos de los tres designados en Sudamérica pertenecen a Río Grande, donde conformaron la colectividad que hoy cuenta con varios integrantes.

A exactamente diez días de viajar por segunda vez a Montenegro, un país del sureste de Europa ubicado en la península balcánica, Sara y Vanesa Tatar se preparan para vivir una experiencia diferente que, esta vez, también llevará ligada un desafío académico: estudiar el idioma local en la Facultad de Lengua y Literatura de Cetiña, capital montenegrina junto a la ciudad de Podgorica.

La historia de las primas Tatar y la búsqueda familiar de los orígenes logró articularse con la voluntad del Embajador de Montenegro en Argentina, Gordan Stojovic, quien se interesó en indagar sobre los descendientes de la pequeña nación europea en Tierra del Fuego, en conjunto con la tarea de Patricia Perovic.

“Nosotras sabíamos que nuestro apellido venía de Yugoslavia pero no sabíamos de qué país. A los dos meses de enterarnos ya teníamos la Fiesta de las Colectividades así que aprendimos comidas típicas, nos pusimos las pilas, tuvimos la ayuda de Dragana Otasevic, quien está becada en Buenos Aires y viajó hasta acá para enseñarnos la gastronomía. En esa edición también ganamos el premio al mejor traje típico”, cuenta Sara en FM Master’s.

En diciembre pasado, ambas se inscribieron en la convocatoria a una beca que, paradójicamente, las volvió a reunir: “Son muchas emociones encontradas: felicidad, orgullo. Para nosotras es hermosa esta experiencia, hemos hecho otro viaje el año pasado, en julio, que fue propiciado por el gobierno de Montenegro y una de sus áreas como es la Diáspora, para hacer un recorrido cultural, también tuvimos un encuentro con el presidente y aprendimos un poco más sobre la historia del país junto con otros descendientes de México y Paraguay”, describe Vanesa.

Durante más de 50 años se perdió el vínculo en la familia, entre Argentina y Montenegro. “Cuando mi bisabuelo vino se mantuvo en contacto vía cartas, enviando encomiendas (café, ropa, entre otros) hasta 1960. El año pasado pudimos retomarlo y hoy volver a Montenegro, que es un lugar precioso, es emocionante por la historia que hay de por medio”, continúa.

Los paisajes diversos son uno de los tantos atractivos del país balcánico, que cuenta, en la actualidad, con más de 640 mil habitantes. “El área de turismo está siendo muy explotada, es un lugar con muchos lugares y climas variados: mar, costa, playas preciosas, arena, piedras; el Mar Adriático con más de 300 kilómetros de costa y montañas muy altas”, relata Sara. “Es muy tranquila la zona, pudimos conocer bastante, cuando vamos nos sentimos como en casa porque parte de nuestra familia está allá y pareciera que nos conocemos de toda la vida”, agrega.

Si bien el país cuenta con una rica y atractiva historia, hace 14 años tuvo su última escisión de Serbia. Antes, perteneció a Yugoslavia (hasta 2003), con una fuerte impronta comunista desde la década del ’40.

“Partimos a Buenos Aires el 14, dos días después viajamos a Montenegro y llegamos el 18, con una escala larga en Estambul”, refiere Vanesa sobre el inicio de la nueva travesía. “Las clases empiezan el 15 de febrero, nos avisaron que nos esperan unos días, y culmina en mayo. No tenemos tantos detalles de la estadía, gastos personales y demás, que cubre la beca; nosotras abonamos los pasajes”, amplían.

“Se planificó con tiempo pero siempre quedan detalles. Dejar organizado el trabajo, la familia, gracias a Dios nos apoyan; Sara tiene familia, su hijo y su marido que la apoyan en este momento. Gracias a esto nos podemos ir tranquilas y está todo organizado antes de viajar”, agradecen.

La colectividad en Río Grande

En la provincia, la colectividad montenegrina mantiene una agenda de actividades que permiten fortalecer el vínculo. “El idioma, la cultura, nos ayuda para seguir promoviendo el país. Es una cosa que queríamos, hacer aprender el idioma. Tratamos de estar todo el tiempo activos con proyectos, propiciando la cultura de allá y viceversa. Innovar, buscar gente que no conoce su historia familiar. Nosotros los ayudamos a recuperar esa parte de la historia que por ahí está perdida”, reflexiona Vanesa sobre la importancia del reencuentro con sus orígenes.

“La gente siempre se acerca, las presentaciones de stands en la Fiesta de las Colectividades ayudan; se acercan porque lo primero que ven es mucho rojo en el stand. Al acercarse pueden ver paisajes y comienzan a pensar dónde queda Montenegro, se quedan un poco perdidos y quieren seguir aprendiendo”, explican.

La actividades de la colectividad se nuclean en una oficina de San Martín y Don Bosco, en la búsqueda de nuevos proyectos, y pronto se abrirá un consulado de Montenegro.

“Somos un equipo bastante unido, Tatar somos aproximadamente 150 y también están las familias Tomasevic y Jovanovic”, describe Sara.

Venta de garaje

Previo al viaje a Europa, Sara y Vanesa realizarán una venta de garaje en Güemes 741, con el objetivo de recaudar fondos para comprar el pasaje de vuelta, previsto para fines de mayo.

En el lugar se podrán encontrar libros, artículos, decoración y antigüedades, entre otros. Este viernes 7 de febrero el horario será de 15 a 21 horas. En tanto, el sábado 8 y domingo 9 se extenderá de 14 a 22.

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